Su ubicación marcó desde el inicio del proyecto, una situación de conflicto constante, enfrentando al barrio mas joven de la ciudad con uno de los más antiguos y consolidados. Esta tensión genera una línea que separa al proyecto en dos; aplicándole a un volumen vidriado, de imagen frágil, una “rotación “, la cual produce una buña urbana que lo separa de una de sus medianeras.